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Medioambiente / 20.03.2019

El Parlamento Europeo aprueba medidas para reducir las basuras marinas

El Parlamento Europeo aprueba medidas para reducir las basuras marinas

Más del 80% de la basura hallada en el mar es plástico, según la Comisión Europea. Por ello, el pasado 27 de marzo el Parlamento Europeo aprobó un paquete de ambiciosas medidas para reducir las basuras marinas en relación con los diez productos plásticos de un sólo uso que con más frecuencia se encuentran en las playas, así como las artes de pesca abandonadas.

Estas medidas son parte de la Estrategia de Plásticos de la Unión Europea, una estrategia que adopta un nuevo enfoque de ciclo de vida del material, con el objetivo de que todos los envases plásticos puestos en el mercado sean reutilizables o reciclables a partir de 2030.

Entre las principales medidas adoptadas se encuentran:

  1. La prohibición de fabricar productos como los bastoncillos de los oídos; cubiertos, vasos y platos de plástico; pajitas; las varillas de los globos (aunque no los propios globos); recipientes de poliestireno expandido de bebidas y alimentos para su consumo inmediato o para llevar.
  2. Un objetivo de recolección separada del 90% para botellas de plástico para 2029 (77% para 2025).
  3. La incorporación del 25% del plástico reciclado en botellas de PET a partir de 2025 y del 30% en todas las botellas de plástico a partir de 2030.

Además, se refuerza un principio ya asumido en la política medioambiental europea actual: quien contamina, paga. Así, se introduce una responsabilidad ampliada para los fabricantes de aparejos de pesca, que tendrán que asumir el coste de la recogida de redes perdidas en el mar. Los productores de cigarrillos también tendrán que cubrir los costes de la recolección pública de colillas en las playas, incluyendo la infraestructura necesaria para ello como receptáculos apropiados en las papeleras.

Las medidas aprobadas siguen un enfoque similar al de la exitosa directiva europea de reducción de consumo de bolsas de plástico de 2015, que provocó un rápido cambio en el comportamiento del consumidor. Cuando se implementen estas medidas, la Comisión Europea espera que traigan beneficios ambientales y económicos, tales como evitar daños con un coste estimado de 22 millones de euros para 2030 y evitar la emisión de 3,4 millones de toneladas de CO2 equivalente.