2021 ha sido un año intenso, donde hemos iniciamos una etapa de transición en nuestro esquema de certificación dentro de un complejo contexto macroeconómico y legal. La incertidumbre generada ante los costes disparatados de materias primas, energía y transporte, así como un margo legislativo en materia de envases y residuos de envases en plena revisión y construcción han alimentado una tormenta perfecta para, incluso a veces, bloquear la toma de decisiones en materia de sostenibilidad de numerosas empresas.
A pesar de la complejidad de trabajar en este contexto, desde la Fundación hemos sido capaces de lanzar el nuevo esquema de certificación RETRAY, que responde a una evolución del anterior esquema ECOSENSE con dos objetivos fundamentales: cuantificar el contenido porcentual de PET reciclado incorporado en los procesos bajo los requisitos de la norma UNE 15343 (certificado RETRAY Proceso) y lanzar una certificación de producto para verificar el cumplimiento de las directrices de reciclabilidad y cuantificar el contenido porcentual de PET reciclado incorporado (certificado RETRAY Producto).
El éxito de ésta y otras acciones es fiel reflejo de la dedicación y el esfuerzo de los profesionales que trabajamos en la Fundación y también del compromiso de las empresas certificadas y de nuestro Patronato. Entre todos, vamos logrando, sin prisa pero sin pausa, uno de nuestros principales objetivos: maximizar el volumen disponible de material reciclado del circuito tray-to-tray. Afrontamos el año 2022 con la seguridad de que el esquema de certificación RETRAY se convertirá en el mejor aliado para que las empresas del sector puedan dar respuesta a las exigencias del nuevo marco normativo.