Las bandejas termoformadas de PET son envases de excelentes prestaciones y alto perfil ambiental, ya que pueden ser recicladas y reciclables. Sin embargo, en 2018, de las casi 900.000 toneladas de envases termoformados de PET que se pusieron en el mercado europeo, se estima que tan solo en torno al 12% se incorporaron en nuevas bandejas como material reciclado1 .
Las cifras de los restantes flujos de envases plásticos también son claramente mejorables: la tasa media notificada de reciclado de envases plásticos de la UE ronda el 30%2 , lo que confirma que nos queda mucho trabajo por hacer para cumplir con el objetivo del 50% para 2025 de la Directiva 2018/852 de envases y residuos de envases.
En esta situación de contexto es posible identificar las siguientes barreras y oportunidades para el sector termoformador de PET:
• Las bandejas de PET ya incorporan una elevada cantidad de material reciclado. Las empresas de la cadena de valor del modelo circular ECOSENSE colaboran para que láminas y bandejas sean fácilmente reciclables y, desde hace años, incorporan PET reciclado en cantidades superiores al 50% llegando a alcanzar el 100% en algunos casos. Ante el horizonte legislativo nacional del impuesto a los envases plásticos no reutilizables, cuya base imponible será reducible en proporción al plástico reciclado incorporado3 , las bandejas de PET se presentan como una solución de envasado prioritaria frente a otros polímeros como el PP o el PE.
• La mayor parte del origen del material reciclado de las bandejas sigue siendo PET botella por lo que, ante el marco legal establecido por la Directiva 2019/9044 , el sector deberá apostar por el reciclado de PET bandeja para conseguir su reincorporación masiva y evitar el descenso de material reciclado disponible.
• El reciclado masivo de bandeja de PET en las instalaciones actualmente en marcha de reciclado de botella de PET no es técnicamente viable por las diferentes propiedades mecánicas y térmicas de ambos tipos de materiales. La lámina requiere de procesos menos agresivos que los empleados en el reciclado de la botella y para ello es necesario ajustar determinadas variables técnicas respecto al reciclado mecánico convencional para botella. Además, se requiere de una etapa específica de deslaminación, inexistente en las instalaciones de reciclado de botella, para garantizar el reciclado de la totalidad del flujo de bandeja (monocapa y multicapa).
• La tecnología para recuperar y reciclar los envases termoformados de PET existe y está disponible en el mercado, lo que es necesario es invertir para construir la infraestructura que cubra la falta de capacidad existente para absorber las toneladas disponibles en Europa. En este punto España se presenta como país pionero al albergar desde 2009 a la primera empresa en Europa recicladora de residuos de lámina y bandeja de PET, SULAYR Global Service.
• El cumplimiento de las directrices de reciclabilidad es primordial para poder consolidar el modelo tray-to-tray y cumplir el ambicioso objetivo planteado por la Estrategia europea para el plástico en una economía circular: que 10 millones de toneladas de plástico reciclado sean utilizados en la fabricación de nuevos productos en 2025. En este sentido, los sistemas de responsabilidad ampliada del productor deben modular sus tasas poniendo en valor la labor de aquellas empresas que las cumplen. Esta modulación, en función de la reciclabilidad del envase, sería una oportunidad para las bandejas monocapa y multicapa de PET ya que se enviaría una señal inequívoca al mercado sobre su reciclabilidad y premiaría los esfuerzos en ecodiseño que el sector lleva años realizando.
• El bajo precio del PET virgen, determinado por el bajo precio del petróleo, supone también una importante barrera económica. El precio del material virgen es muy similar al del reciclado y, no aportando los inconvenientes de éste, como falta de homogeneidad o presencia de impurezas, es una opción muy atractiva para los fabricantes de envases. Además, la dimensión de la industria química asegura un abastecimiento constante de materia prima, lo que no se puede afirmar aún para el mercado de materias primas recicladas.
• Los consumidores son un importante eslabón de la cadena, ya que la mayor parte de los residuos de envases son domésticos. Dado que consumo y reciclaje se relacionan, su comportamiento en la gestión de los residuos es esencial. En general, la tendencia es hacia una conciencia ambiental sobre el reciclaje, si bien en la práctica hay dificultades y, en ocasiones, la separación se hace de manera un tanto negligente, o simplemente confusa: no se siguen las instrucciones para separar la tapa flexible de la bandeja rígida, no se retira la almohadilla absorbente, no se limpia el envase de restos orgánicos o, incluso, la bandeja con restos de alimentos termina directamente en el contenedor de fracción resto, de modo que se pierde totalmente su potencial de reciclado.
• La circularidad del PET posiciona a las bandejas como uno de los envases más sostenibles del mercado. El PET sigue siendo el único material que cuenta con procesos de reciclado autorizados por EFSA, la agencia europea de seguridad alimentaria, y que puede, por tanto, volver a usarse en la fabricación de nuevas bandejas o botellas con todas las garantías de salud y seguridad alimentaria. De este modo, las bandejas termoformadas de PET se fabrican incluyendo un alto porcentaje de material reciclado, lo que no ocurre con la bandejas de PP o PE.
En un horizonte legislativo retador, los próximos años serán cruciales para eliminar las barreras y aprovechar las oportunidades de circularidad que ofrece la bandeja termoformada de PET. Tanto el esquema de certificación de proceso ECOSENSE, puesto en marcha en 2017, como el futuro esquema de certificación de producto RETRAY, que se lanzará en 2021, son excelentes herramientas para reforzar esa circularidad. La implicación y participación de todas las empresas de la cadena de valor en estos esquemas será decisivo.