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Consultoría / 03.02.2021

Bandeja de PET vs. bandeja de PP: ¿cuál es la diferencia?

Bandeja de PET vs. bandeja de PP: ¿cuál es la diferencia?

Por qué el uso de Polipropileno (PP) en bandejas para alimentación no es, casi nunca, una decisión medioambientalmente acertada.

Algunas cadenas de distribución en ciertos países centroeuropeos se han planteado en los últimos meses la posibilidad de sustituir las bandejas alimentarias de PET por bandejas fabricadas con PP. Por los motivos que se van a exponer a continuación, lejos de ser una decisión acertada, este movimiento no parece tener a priori ningún sentido ni desde el punto de vista de envasado ni desde el punto de vista medioambiental.

Salvo en casos muy puntuales, en los que sea necesario el envasado del alimento en caliente o se requiera un calentamiento en microondas del envase para alimentos precocinados, el PET siempre tiene mejores propiedades que el PP desde el punto de vista de envasado en termoformado en cuatro cuestiones clave para el diseño y funcionalidad del envase:

VERSATILIDAD

El PET es muy flexible ante pequeñas fuerzas, permitiendo una gran eficiencia en el diseño y producción de los envases termoformados. El PP es mucho menos versátil en este sentido, lo que le confiere una gran desventaja especialmente si se quiere utilizar en envases que requieren de diseños con un cierto detalle.  

TRANSPARENCIA

La transparencia es una propiedad de elevada importancia para los fabricantes de envases termoformados y para las empresas envasadoras dado que permite que el consumidor pueda visualizar correctamente el alimento envasado sin distorsionarlo. En este sentido, mientras el PP confiere opacidad a la pared del envase, el PET es por excelencia en cuanto a su transparencia el mejor polímero para envasado.

BARRERA A LOS GASES

Ésta es una propiedad especialmente relevante en el caso de los envases termoformados dado que deben ser capaces de conferir una barrera adecuada al oxígeno para la correcta conservación de los alimentos envasados, alargando su vida útil y evitando el desperdicio alimentario. A este respecto, el PP posee una barrera extremadamente pobre al oxígeno, mientras que el PET posee una excelente propiedad barrera a este gas [1].

RESISTENCIA AL IMPACTO

Dentro de las propiedades mecánicas que los polímeros utilizados en envasado deben poseer, la resistencia al impacto es de vital importancia dado que los envases están continuamente sujetos a cargas mecánicas variables desde la manipulación, carga y transporte hasta el almacenamiento. El material con que se fabrica el envase debe poder soportar estas cargas mecánicas, abrasión externa y cualquier otra condición ambiental cambiante, como temperatura y presión, para asegurar un suministro de producto libre de daños. En este sentido, el PET posee unas propiedades mecánicas infinitamente mejores que el PP, ofreciendo una resistencia a la tracción y una resistencia al impacto muy superiores [2].

Desde el punto de vista medioambiental, tampoco es posible encontrar ninguna propiedad del PP que le permita destacar frente al PET sino todo lo contrario. Así, hay tres cuestiones fundamentales que, sumadas a todas las anteriormente citadas, hacen siempre de este segundo material la opción preferida por fabricantes de envases termoformados y empresas envasadoras para poder dar respuesta a su compromiso con la Economía Circular:

ESTRUCTURA Y MORFOLOGÍA DEL POLÍMERO

A diferencia del PET, el PP es un polímero de mucha mayor complejidad dado que posee diferentes variedades en cuanto a su estructura y morfología, denominadas isotáctica, sindiotáctica y atáctica [3]. Esto deriva en que los residuos generados a partir de los productos fabricados con PP tampoco sean homogéneos y su reciclado sea altamente complejo al crearse una mezcla heterogénea que provoca una elevada pérdida de propiedades del producto reciclado. El PET no presenta este problema y, por este motivo entre otras razones, es el polímero que mejor se recicla y con una mayor tasa de reciclado a nivel europeo.

DENSIDAD DEL POLÍMERO

El PP tiene una densidad muy similar a la del Polietileno (PE) [4] haciendo muy compleja su separación por flotación en los procesos de reciclado cuando ambos polímeros se utilizan conjuntamente en soluciones de envasado, bien como elementos independientes o bien en estructuras multicapa. Esto provoca, por ejemplo y entre otras cuestiones, que los envases fabricados con PP no sean reciclables por deslaminación cuando se unen con capas de PE y EVOH puesto que se obtiene una mezcla de poliolefinas con densidades similares y, por tanto, no separables por flotación.  Esto no ocurre con los envases multicapa de PET/PE y PET/EVOH/PE, que son perfectamente reciclables por deslaminación (siempre que el adhesivo utilizado no sea poliuretano), lo que permite la recuperación del PET y del PE por separado.

APLICACIONES FINALES DEL PRODUCTO RECICLADO

El PET reciclado es un material que se aplica en envases para contacto alimentario desde hace años, existiendo numerosos procesos evaluados y autorizados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para su utilización [5]. Esto permite que el PET reciclado sea un material utilizado en aplicaciones de alto valor añadido (“upcycling”) como son, por ejemplo, las botellas para bebidas o los envases termoformados para el envasado de alimentos.

Contrariamente a lo que ocurre con el PET, en el caso del PP procedente de envases de alimentos el material reciclado no se puede destinar a esta misma aplicación al no ser técnicamente viable por las limitaciones explicadas del propio polímero y no existir, por tanto, ningún proceso autorizado por EFSA. Esto provoca que las aplicaciones finales a las que se destina el PP reciclado procedente de envases alimentarios sean productos de otros sectores con un menor valor añadido (“downcycling”).

A la vista de todo lo anterior cabe preguntarse si estas cadenas de distribución, que en ciertos países centroeuropeos están pensando en la posibilidad de sustituir las bandejas alimentarias de PET por bandejas fabricadas con PP, se lo seguirán planteando. Desde luego es claro que no parece en absoluto una decisión acertada, ni por motivos de idoneidad de las propiedades del polímero para el envasado de alimentos ni por motivos de circularidad para su reciclado en nuevos envases alimentarios.


[1] La OTR (Oxygen Transmission Rate) mide la cantidad de gas que pasa a través de una substancia, por unidad de superficie, durante un periodo de tiempo determinado. A menor OTR más resistente es el polímero al paso de los gases. Mientras el PP posee un intervalo de OTR (cm3.m−2 al día), a 20–23°C, de 93-300, el PET posee un intervalo de OTR de 1,8-7,7. Fuente: https://www.sciencedirect.com/topics/engineering/oxygen-transmission-rate.

[2] Tensile Strength (MPa): PET =50; PP=1-2 (atactic) // Impact Strength (J/m): PET=90; PP=(isotactic). Fuente: Polymers for Packaging Applications. Sajid Alavi, PhD, Sabu Thomas, PhD, K. P. Sandeep, PhD, Nandakumar Kalarikkal, PhD, Jini Varghese and Srinivasarao Yaragalla. 2015, Apple Academic Press.

[3] https://www.researchgate.net/figure/The-structure-of-isotactic-syndiotactic-and-atactic-polypropene_fig1_10982133

[4] https://polymerdatabase.com/polymer%20classes/Polyolefin%20type.html

[5] https://www.efsa.europa.eu/en/topics/topic/plastics-and-plastic-recycling