Los termoformados de PET están muy presentes en nuestra vida cotidiana. Carnes y pescados frescos, loncheados cárnicos y pizzas refrigeradas se comercializan en este tipo de envases, que ya supone más del 20% de los envases de PET. Sin embargo, no son pocos los consumidores que no saben por qué determinados tipos de alimentos requieren ser envasados ni qué se consigue o se evita a través de la utilización de un envase.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó en 2012 un estudio sobre pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo que supuso un auténtico punto de inflexión en la toma de conciencia mundial. Los resultados sugerían que un tercio de la producción de alimentos se pierde o desperdicia haciendo que “cantidades enormes de los recursos destinados a la producción de alimentos se utilizan en vano, y las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la producción de alimentos que se pierden o desperdician también son emisiones en vano”.
El estudio apreció una diferencia significativa entre los patrones de comportamiento en los países ricos, donde la mayoría de las pérdidas se concentra en la etapa de consumo, y en los países pobres, donde los alimentos se pierden durante las etapas iniciales e intermedias de la cadena de suministro debido, entre otros, a la falta o deficiencia del envasado.
Es por esto que el actual Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario establezca como uno de los elementos claves “el apoyo a las nuevas tecnologías y la innovación, como aquéllas que permiten aumentar la vida útil de los alimentos, sobre todo en cuanto a su envasado”. Y sin embargo, pese al papel crucial que juegan los envases en la lucha contra el desperdicio alimentario y a pesar de que los plásticos son en general la opción más utilizada por los fabricantes debido a sus excelentes propiedades, el plástico es un material demonizado por los medios y los consumidores, que parecen no tener clara la función esencial de los envases.
Para dar a conocer y resultar las excelentes propiedades del plástico frente a otros materiales de envasado, el Panel de expertos normativos en contacto alimentario (FREP), la asociación europea de transformadores de plástico (EuPC) y la empresa de servicios especializados en legislación de la UE para la industria del plástico Polymer Comply Europe (PCE) , han unido sus fuerzas para desarrollar un folleto informativo centrado en los motivos del uso de los plásticos en envases alimentarios, cuyo contenido exponemos a continuación:
Funcionalidad
¿Necesito el envase? Si es así, ¿qué espero que haga el envase?
Las exigencias legislativas de las demandas de los consumidores se cumplen simultáneamente, nunca unas a expensas de las otras. Esto es pertinente para los envases en general, pero aún más para los envases de alimentos y bebidas con los denominados materiales en contacto con alimentos (FCM, por sus siglas en inglés).
Se ha demostrado que los plásticos garantizan la conservación de los alimentos utilizando menos recursos, ofreciendo mayor vida útil, protección contra los rayos UV, contra la humedad, el olor, etc., todo al mismo tiempo. Ningún otro material podría reemplazar y ser tan funcional como los plásticos.
Seguridad
Los materiales plásticos son la mejor solución para mantener la seguridad de los alimentos en contacto con ellos. El plástico es el material de envasado más regulado, lo que garantiza su uso seguro.
El moho, las bacterias y los virus no crecen en las superficies de plástico y no las atraviesan.
Los materiales plásticos contribuyen en gran medida a la manipulación y distribución higiénica de alimentos en cadenas de suministro complejas.
Los materiales plásticos:
– Previenen el crecimiento de microorganismos en los alimentos proporcionando una barrera contra el oxígeno y la humedad; algunos tipos de plásticos protegen de la luz ultravioleta, lo que reduce considerablemente la tasa de deterioro y la pérdida de nutrientes.
– Intrínsecamente son inertes y estables.
– No son biodegradables, con la excepción de aquellos tipos diseñados expresamente con este fin.
– Las propiedades de los plásticos se modulan y optimizan a través de su composición.
Sostenibilidad
Los plásticos son sostenibles debido a su alta tasa de reciclabilidad, lo que nos ayuda a lograr una economía circular para el envasado de alimentos. Los plásticos también ayudan a reducir la huella de carbono debido a que son mucho más ligeros que otros materiales. Las estructuras de capas, como es el caso de los termoformados de PET/PE o PET/EVOH/PE, hacen que el envase pese menos y ahorran material.
Los materiales en contacto con alimentos se utilizan a menudo en aplicaciones de un solo uso ya que proporcionan:
– Un envasado individual.
– El contenido se mantiene en una atmósfera protegida.
– Aumento de la probabilidad de consumir el alimento o la bebida antes de la fecha de caducidad.
– Las propiedades plásticas y los materiales en conjunto permiten el sellado del envase y el control de la atmósfera.
– Los tipos y los materiales en conjunto se eligen cuidadosamente para satisfacer los requisitos de conservación, de acuerdo con la naturaleza del alimento o la bebida.
Riesgos y peligros
Diferencia entre riesgo y peligro:
– La sustancia química utilizada en los materiales en contacto con alimentos puede ser peligrosa pero
– Si no se está expuesto a ese peligro, no hay riesgo.
(*) La mejor manera de explicar la diferencia entre peligro y riesgo es mediante un ejemplo: un león es un «peligro» (es decir, como tal, es peligroso para el hombre), pero no necesariamente un «riesgo» (por ejemplo, si está en un zoo vigilado, tras una reja y bien alimentado). Hay que entender que la clasificación de sustancias obedece a sus propiedades intrínsecas (el «peligro»), sin que se tenga en cuenta la exposición a esas sustancias, es decir, su futuro uso. Es decir, algo puede ser peligroso intrínsecamente pero no suponer un riesgo.
Información incorrecta difundida por los medios sobre los envases plásticos, que hace que la gente piense y sienta que algo es peligroso cuando no lo es en absoluto. Por ejemplo, esa percepción negativa se da en los siguientes casos:
– La migración de tintas de impresión o adhesivos a través del envase de plástico hacia el contenido/alimento: esta migración es baja y no supone un riesgo.
– La interacción entre el envase y el contenido o la transferencia de sustancias/químicos del envase a los alimentos: se trata de un proceso natural que se da con todos los materiales de envasado. No se puede prevenir por completo, pero se puede limitar.
Más información:
Para más información sobre el folleto, contactar con Federico Gorrini, ejecutivo de cuentas de cumplimiento normativo en EuPC: federico.gorrini@pceu.eu